Gemma Minguillón

El Ángel Blanco, Gemma Minguillón

 

Año 2019. Barcelona. La priora Prisca, del monasterio benedictino de Santa María de Bruguers, en Sant Feliu de Llobregat, es aficionada a escribir relatos de misterio en tusescritos.com. Una noche, mientras busca inspiración, descubre el brutal asesinato de dos de sus hermanas en una celda cercana a la suya, así como la desaparición de unos valiosos manuscritos del siglo XI de Santa Hildegard von Bingen. Su naturaleza inquieta la llevará a tratar de colaborar en la investigación. Pero el inspector jefe encargado del caso, Daniel Valiente, no se lo permite, a pesar de las trabas que se encuentra para comunicarse con las monjas de clausura. No obstante, Prisca inicia una investigación paralela por su cuenta, basándose en las pruebas que va encontrando y le hace saber a Valiente su afición a escribir y el pseudónimo que utiliza en tusescritos.com: El ángel Blanco. De este modo, la priora escribe allí, en forma de relato de misterio, todo cuanto averigua de las interioridades del monasterio y las sospechas de sus hermanas, haciendo partícipe al inspector. Gracias a este curioso sistema, ambos consiguen tirar del hilo de una investigación que se va enredando cada vez más.

 

 

 El desnudo del dibujante, Gemma Minguillón

Durante toda mi vida, he tenido que superar todo tipo de situaciones complicadas, desde la pérdida de mi madre hasta el abandono de mi padre. El hecho de buscarme la vida siendo un crio; sacar a una amiga de las drogas; partirle la cara a un amigo o esconder a otro al que perseguía la mafia. Y todo lo hice con valentía, sin temblar ni dudar. Pero ¡ay! Ese día, en la puerta de la clase de Roger, esperando para entrar y sentarme entre el resto de sus alumnos, con mi bloc de dibujo y mis lápices, llegué a tener miedo de que todos pudiesen oír los latidos de mi corazón. Miraba la puerta y pensaba ¿entro o me voy? como César ante el Rubicón.